

Yo había estado caminando sin rumbo. desde donde estaba ya no se veía el Zapato. Hasta el perrito desapareció de repente !
Fue momento de poner a prueba la intuición y mi sentido de orientación. No me tomó mucho volver a localizar El Zapato, y dirigiendome hacia allí encontré el camino de regreso.


Ya en casa, me duché y después me senté a merendar, al lado de la ventana, esperando que la lluvia cesara para volver a salir .