Puede ser entonces que fuera cierto eso de que lo que necesitaba mi alma era encontrar cursos de agua, porque el solo hecho de escuchar el sonido del agua corriendo por aquel lecho pedregoso me hizo sentir una gran paz .
Crucé caminando sobre las grandes piedras hacia el centro del río, donde había algunos saltos , me saqué las zapatillas y me senté sobre una piedra.
Puse mis pies en el agua, que era limpia y fresca. Que bella sensación poner los pies en el agua que corre ! Bien merecido se lo tenían estos pies que un par de días antes me habían hecho alcanzar la cima del Uritorco.
Hubiera deseado quedarme allí, indefinidamente , sintiendo esa frescura, esa calma infinita, el canto de algunas aves, no muchas, que se dejaban oir. Pero de pronto empezó a caer una suave llovizna que me hizo salir del limbo y apurar el regreso a casa .
A la salida de la toma , vi el cartel de ingreso a la base del Cerro Uritorico .
Y otros que promocionaban otros lugares que se podían visitar .
Era la última tarde en Capilla del Monte. La lluvia esperó lo suficiente para dejarme llegar a casa .Por la noche, salí a dar la última recorrida por el centro de la ciudad . Acá pueden ver la calle techada .
No fueron las vacaciones mas memorables , pero hubo momentos que valieron la pena . Y lugares que espero poder conocer en otro momento.
Al día siguiente partí rumbo a Córdoba Capital
No hay comentarios:
Publicar un comentario