Fue amor a primera vista : enseguida la adoré . Me impresionó su inmensidad, sus contrastes, su arquitectura, su energía .
Este es el camino desde la terminal hacia el mar . Adoré esos arbolitos camufladitos , los plátanos , que son , seguidos de los Tilos, los que con mas frecuencia se ven en las calles.
Las casas típicas, los encantadores chalecitos de piedra Mar del Plata, veredas a menudo de piedra le daban un sello característico al lugar .
Mi salida al mar fue a la altura de Playa Chica, aun hoy uno de mis sitios preferidos de la costa .
Hay una serie de escalinatas de piedra que ofrecen un lindo paseo bajando hacia el mar . Los ramilletes de flores rojas de los enormes Aloes, contrastaban con el verde intenso del cesped .
Esos barcitos metidos entre las rocas, ofrecían un paisaje que me recordaba a las que había visto del Mediterráneo Europeo .
Una realmente desea estar allí sentada, tomando un cafecito, viendo las olas romper muy cerca, los barcos que pasan a lo lejos, el sol muy cerca del horizonte .
Un lugar soñado .
Esta es una foto que llevé a sepia, muy cerca de Cabo Corrientes
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