Comenzó a llegar mas gente a la cima. Todos se mostraban felices, encantados con el paisaje.
Tambien regresaron los dos chicos con los que compartí algunos tramos del camino. Uno de ellos , a los que llamaré " el gurú " para referirme a él en adelante, ya que nunca supe su nombre, era todo un veterano pues esta era la tercera vez que visitaba el Uritorco .
Venía con un amigo que nunca había estado antes y se mostraba muy satisfecho con la experiencia vivida .
"el Gurú " nos hacía pensar en lo afortunados que éramos. Nos decía que éramos unos privilegiados, que muy pocos llegan a la cima, la mayoría no pasan de "el Valle de los Espíritus ".
- Se dan cuenta ! estamos en la montaña más alta de Córdoba ! -decía con emoción .
Esto no es tan así. En realidad estábamos en la montaña mas alta de las Sierras Chicas. De todas formas, no es poca cosa. Yo me sentía orgullosa y agradecida .
Una vez escuché a alguien manifesstar que son las montañas las que deciden a quien van a dejar llegar a la cumbre . No siempre llegan los más jóvenes, los más fuertes, los mejor preparados.
Muchos han perdido la vida en su intento por alcanzar el cielo . Es que cuando se emprende el camino hacia las nubes, son muchos los peligros, los riesgos a los que nos exponemos .
Yo pensaba en esas palabras mientras disfrutaba de una naranja jugosa y dulce en lo alto, y el viento me arrebataba mi horrible sombrero y se ponía a jugar con mi pelo.
En ese lugar todos nos sentíamos más espirituales . Yo repasé los nombres de todas las personas que quiero y pedí por ellas . Tambien pedí por las que no quiero tanto, pero necesitan luz y claridad .
Yo no quería bajar. Y debo confesar que más de una vez he fantaseado con la posibilidad de pasar una noche en un lugar así, rodeada de naturaleza . Si sobreviviera a la experiencia y resultara satisfactoria es posible que jamás quiera volver a lo que los hombres llaman " civilización ".
Algo sucedió que me sacó del edén : estaba tomando fotos cuando sentí un dolor intenso y quemante en el brazo izquierdo. Miré y me encontré con una abeja que me estaba picando .
Retiré la abeja y el aguijón. No dije nada a nadie, pero me preocupé : era la primera vez que me pasaba, no sabía si era alérgica, y encima la picadura estaba sobre una vena y se inflamaba rapidamente .
Estaba en un lugar donde era imposible recibir ayuda médica de manera urgente. Rapidamente, volví hacia donde había dejado el bolso y junté mis cosas para emprender el regreso . Me dolía mucho.
Igual yo tengo bien claro que de la muerte, no se salva nadie, y que es mejor morirse así, haciendo lo que nos gusta, que encerrarse en cuatro paredes por miedo a que te pase algo, y perderse la vida .
Justo en ese momento " el Gurú " sugería :
- Hay que descalzarse , poner los pies sobre las piedras, y descargar todo lo malo, lo negativo. Esta montaña tiene una energía que te purifica .
Hubiera adorado hacerlo ! Pero empecé a juntar mis cosas para bajar rapidamente .
Entonces" el Gurú " empezó a decir :
- Saben que cuando llegamos a " El Valle de los Espíritus ", entramos al refugio para almorzar, y nos encontramos con un viejito, un baqueano . Le preguntamos si alguna vez había visto algo raro .
Yo estaba ya con la mochila al hombro , la gorrita puesta y los palos agarrados, ya a punto de bajar, pero la respuesta pendiente me detuvo. Me volví y fui a sentarme muy cerca de "el gurú ", que siguió contando :
-Y me respondió " mire, si yo le contara las cosas que yo he visto por acá, usted no me va a creer "
Y nosotros a los gritos, entre asombro y expectativa .
Nuestro compañero de aventuras continuó el relato :
- Este señor era un viejito de esos tranparentes, que los mirás y te dás cuenta que no te pueden mentir . Nos contó que un día, a eso de las tres de la tarde, el estaba en la montaña y vio una gran nave ( un ovni ). El me dijo " vea, era como un avión, pero sin alas " . Estuvo un rato suspendida y luego se alejó hasta desaparecer .
En otra oportunidad, este señor se enfermó, estaba muy mal, y lo querían dejar internado .
Le dijo a su mujer " no vieja, yo no me quiero quedar, yo me vuelvo a la montaña y que sea lo que Dios quiera " . Entonces no se si vieron que hay como una gruta mas abajo, como una cueva en la montaña. Parece que en ese lugar antes había un santito . Y al lado de ese santito había una velita, que siempre estaba apagada . El viejito fue a ese lugar, encendió la velita y se puso a orar . Estaba rezando, cuando sintió una mano sobre su hombro , y se asustó, porque no había escuchado a nadie que se acercara . Cuando se dio vuelta, vio a un hombre con una larga barba, pantalones beige, y sandalias. Y le sorprendió justamente esto, porque en la base si no tenés zapatillas, directamente no te dejan subir. Además dice los caballos que son arizcos, y era extraño que no hubieran reaccionado ante esta presencia . El viejito se dio vuelta, y cuando volvió a mirar, el hombre había desaparecido. Dice que es muy comun ver personas que luego desaparecen sin explicacion .
La narración se interrumpió varias veces por nuestros grititos de asombro .
Recordé que la gruta que mencionó, era una que yo había visto y fotografiado, que me llamó la atención. Pueden verla en un post anterior .
Saqué unas fotos más :
Acá ven como algunos se habían descalzado "para descargar todo lo negativo " :-
Y ya estaba variois metros abajo, cuando escuché que la otra chica, todavía arriba, gritaba " ay ! me picó una avispa !" . Recien ahí confesé que a mi tambien me había picado una abeja algunos minutos antes .
- Ponganse barro, urgente !- dijo el gurú .
- Si, está fácil conseguir barro acá - dije yo viendo que estábamos rodeados de rocas y un poco de tierra seca y árida .
- si querés yo te hago- propuso otro de los presentes . Nos reimos, y claro, agradecí el ofrecimiento pero preferí bajar rapidito .
Acá viene la parte extraña . Yo agarré rapidísmo el mismo sendero por el que había llegado. Y yo no se que pasó, pero de repente, me encontré en un lugar que no conocía. Frente a mis ojos, un paisaje muy distinto.
Así se veía mi brazo. La picadura estaba muy inflamada y estaba rodeado de una mancha roja que crecía . EL dolor era intenso, punzante y quemante .
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